Oír y ver a alguien hablar nos dice mucho de esa persona, evidentemente lo que dice es importantísimo, pero también nos fijamos en cómo se expresa, en la forma en la que lo hace, si demuestra o trasmite confianza, si por el contrario es arrogante, o muy tímido. Si nuestra forma de comunicar no influye positivamente, está impactando negativamente o peor, estás en el tono gris, eres invisible, y lo que dijiste ya nadie lo va a recordar.
Cuando alguien habla, también podemos determinar su nivel académico, muchas veces qué pudo haber estudiado, lo que transmite nos puede dar luces sobre esa persona… la palabra es muy poderosa, y créelo o no te definen y comunican sobre ti.
El objetivo de comunicar es conectar y eso se hace por medio de las emociones, hacerlo bien puede abrirte muchas puertas. Hay bastante teorías y estudios al respecto, por ejemplo la neuro-oratoria, academias, gimnasios de oratoria, en fin, la idea no es competir entre las miles de formas y opciones que hay, y decir que solo una funciona, sino complementarnos y por eso estás leyendo esto. Si no conectas con tu público, no estás dejando recordación y no influyes. En nuestros talleres damos bastantes herramientas para contar historias que emocionen y enamoren, conectar con el carisma e impactar.
